Críticas de Sí quiero
Cuando el pastor del norte de Alemania Hans-Uwe Petersen se entera de que su parroquia de Toestrup se fusionará con la parroquia vecina de Norderup, se ve presionado. Le gustaría asumir la responsabilidad y dirigir las dos parroquias del pueblo, pero el cargo está sujeto a una condición: debe casarse con su compañera Petra Koslowski, con quien vive "en pecado". A Petra no le entusiasma la idea: no cree en el matrimonio ni en Dios y no puede verse como la esposa del pastor, organizando almuerzos para personas mayores o mercadillos parroquiales.