El nombre de la rosa es sin duda la mejor película del Séptimo Arte que trata con realismo el periodo de la Edad Media, ¡y todo ello al estilo de una novela policíaca! Dirigida por el cineasta francés Jean-Jacques Annaud, El nombre de la rosa es un angustioso thriller medieval que cautiva de principio a fin. Más que una obra maestra, es LA mejor película de Annaud y un clásico inmortal que seguirá fascinando durante años. En el año 1327, una abadía benedictina se ve sacudida por las misteriosas muertes de algunos de sus clérigos. El monje franciscano Guillermo de Baskerville, acompañado de su joven novicio Adso de Melk, recibe el encargo de investigar las terribles muertes que han asolado a la cofradía. A medida que avanza su investigación, Guillermo de Baskerville descubre que el secreto que se oculta tras los asesinatos parece residir en la biblioteca. Y la llegada de la Inquisición complicará la investigación de nuestros dos monjes franciscanos. Estrenada en 1986, El nombre de la rosa se convirtió rápidamente en una película de culto, cosechando un enorme éxito de público y de crítica, que calificó el film de "inteligente y suntuoso", opinión que no podemos, sino suscribir, dado que se trata de una maravilla del cine. En efecto, este largometraje es sin duda la mejor obra que Jean-Jacques Annaud ha dado al cine, que entrega su obra maestra absoluta, su clásico inolvidable que pasará a la Historia del Séptimo Arte por su tema fascinante y complejo que consigue cautivarnos hasta el final. La película es una adaptación de la célebre novela de Umberto Eco de 1980. Tras casi tres años de rodaje, El nombre de la rosa, es ante todo impresionante por su reconstrucción histórica. Como aficionada a la historia, esta película es una maravilla para mí y para otros aficionados, ya que capta especialmente bien la atmósfera de la Edad Media y de las abadías benedictinas de la época. Los monjes son mostrados como hombres que sólo piensan en llenar el vientre y, sobre todo, que van más allá de las reglas instituidas por el clero que prohíben reírse, elemento esencial de la trama, tener relaciones sexuales con una mujer o leer libros que expongan ideas heréticas según las autoridades religiosas de la época. Los decorados de la película son fastuosos, con los paisajes fríos y brumosos que crean la atmósfera de El nombre de la rosa, así como la abadía espeluznante y misteriosa que inquieta al espectador, al igual que sus habitantes, cada uno más misterioso y terrorífico que el anterior. La biblioteca oculta de la abadía, un laberinto polvoriento lleno de conocimientos, da pie a una escena ***contenido con spoilers*** en este oscuro lugar. En resumen, el director francés ha realizado un trabajo fascinante y ciertamente muy emocionante al documentar la época medieval y esta abadía, escenario de violentos asesinatos. La ambientación medieval nunca ha sido tan bien recreada en una película como aquí. Lo fascinante de En el nombre de la rosa es, por supuesto, su argumento cautivador y desgarrador, en el que dos monjes franciscanos investigan unos asesinatos en un monasterio y, tras una multitud de giros y sorpresas inesperados, descubren la razón de estos horribles crímenes. La película trata con inteligencia los temas de la Inquisición, encargada de perseguir, interrogar bajo tortura y juzgar a los llamados herejes. Cualquiera que se opusiera al juicio de la Inquisición era acusado de herejía. La película muestra una Inquisición despiadada simbolizada por el personaje de F. Murray Abraham, el Gran Inquisidor Bernardo Gui en la vida real. El film también aborda el tema del oscurantismo, una actitud que se opone a la difusión del conocimiento, y El nombre de la rosa se sitúa justo en el centro de este tema. A los monjes no se les permitía leer libros griegos, que aportaban conocimientos, educación, risas, filosofía, etc. En resumen, la religión y las creencias primaban sobre todo lo demás en aquella época. Aquí, en este largometraje, se critica el cristianismo de forma contundente pero inteligente. Aparte de todo el análisis histórico y religioso, la película es una fascinante historia de detectives, teñida a veces de cierto misticismo, y una auténtica investigación al estilo de Sherlock Holmes ambientada en la Edad Media, con un giro y una revelación tras otra. Para mí, El nombre de la rosa es el arquetipo del thriller medieval, sin parangón en cuanto a dirección, guión, atmósfera, unos diálogos bien escritos, sus efectos especiales de la época, música (James Horner pone una banda sonora maravillosa que amplifica esta sensación de inquietud y confiere a la abadía un aire terrorífico. ) e interpretación (sí, El nombre de la rosa cuenta con un reparto excelente y deslumbrante). Sean Connery en el papel de Guillermo de Baskerville es sencillamente magnífico. El actor británico está imperial, dominando la película con su impronta y su talento, ofreciendo una de sus mejores interpretaciones en el cine, junto con las de James Bond, por supuesto, el policía Jim Malone en Los intocables, de Brian De Palma, que le valió el Oscar al mejor actor de reparto, y el padre de Indiana Jones en Indiana Jones y la última cruzada, de Steven Spielberg. Además, el joven Christian Slater, revelación de la película, también realiza una excelente interpretación, Ron Perlman, habitual en las películas de Jean-Jacques Annaud, F. Murray Abraham y Michael Lonsdale también forman parte del reparto. El nombre de la rosa es decididamente una obra de culto del cine, la obra maestra de Jean-Jacques Annaud y un gran thriller que figura entre los más grandes del cine. Lo diré una vez más: ¡El nombre de la rosa es un clásico inmortal!
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