
Elisabeth Shue
Ali Mills
Daniel Larusso llega a Los Angeles procedente de la costa Este de Estados Unidos dispuesto a hacer nuevos amigos. Sin embargo, se convierte en el blanco de los ataques de los Cobras, un hostil grupo de estudiantes de kárate, cuando comienza a salir con Ali, la antigua novia del cabecilla del grupo. En tal situación, no tiene más remedio que pedirle ayuda a Miyagi, un maestro de artes marciales, para que le enseñe kárate. Bajo la tutela de Miyagi, Daniel desarrolla no sólo sus aptitudes físicas, sino también la seguridad en sí mismo que necesita para superar todos los obstáculos.
Lo que me he podido reír con el señor Miyagi, qué señor tan simpático. Su relación con Daniel es a la vez paternal, divertida, emotiva... y es que no sólo le enseña karate, con sus métodos tan peculiares, también le enseña muchas cosas para la vida.
Estoy segura de que todos hemos hecho alguna vez el dar cera, pulir cera o intentado hacer la grulla, incluso sin haber visto la película, así de mítica es.
Eso sí, la calidad de la imagen ha envejecido bastante mal, pero seguirá siendo un clásico pase el tiempo que pase, y la banda sonora es muy buena.
Karate Kid es un clásico donde los haya. Daniel es un chico al que le acosan en su nueva ciudad, así que empieza a recibir clases de karate de Miyagi, un maestro de artes marciales (y también el manitas del edificio en el que vive).
Me ha gustado mucho más de lo que pensaba. La dinámica entre Daniel y Miyagi es a la par divertida y emotiva. Tiene unos diálogos muy buenos y te encariñas enseguida con los personajes. Lo he pasado realmente mal en el combate final.
Un clásico un pelín sobrevalorado por haber dejado huella en toda una generación, pero que le quiten lo bailao. ¿Cuántas pelis pueden decir que han marcado a una generación? Pues eso. Que está llena de tópicos, que el mensaje de superación personal y luchar por tus sueños con tesón y esfuerzo está (y ya estaba en los 80) muy visto y todo lo que quieran criticarle, pero es que funciona muy bien en todo lo que hace. La historia te mete dentro desde el minuto uno y los personajes conquistan desde su primera participación. Daniel Larusso era el típico pringao que todos hemos sido en alguna ocasión y con el que empatizabas en cero coma, mientras que el Señor Miyagi era el maestro que todos quisimos tener: duro cuando tenía que serlo pero comprensivo y afectuoso al mismo tiempo. Su mítica frase "dar cera, pulir cera" ya es historia del cine.
Yo no sé que tiene esta peli pero cada vez que la veo me emociona un poquito. Tiene un mensaje que nunca caduca, da igual que se vea en 1984, en los 90 o en 2024, es eterna y atemporal.
película que ha envejecido muy mal ....pero quien no pego la patada de la gruya
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