Ya conocía la historia, aunque no he leído el libro, y a la pareja protagonista, y lo que alaban a Kathy Bates por esta película, que de hecho se llevó el Oscar por su papel de Annie Wilkes, pero no la había visto hasta ahora. Que la señora Bates es una bestia escénica ya lo sabía, la he visto en varias temporadas de American Horror Story y lo sigo comprobando en cada una de ellas, y aquí lo he confirmado una vez más.

El comienzo me ha recordado un poco a la reciente American fiction, ya que el protagonista es un escritor serio, que empezó a escribir novelas románticas para ganar dinero rápido pero no es su estilo en absoluto y está cansado del género, pero es lo único que parece querer todo el mundo. Así que, cansado de que no dejen de pedirle novelas de Misery, decide matar a la protagonista. La mala suerte hace que tenga un accidente y lo recoja quien se autodenomina su fan número uno, una enfermera que parece estar un poco tocada de la azotea y totalmente obsesionada con el escritor y sus novelas, y que no se tomará nada bien que haya matado a su personaje favorito.

Que hay fans bastante mal de la cabeza ya lo sabíamos, hay gente capaz de cualquier cosa por ver a su artista favorito, que mataría a su madre por conseguir entradas para lo que sea, que hacen filas kilométricas para que les firmen un libro, capaces de no dormir en varios días por esperar un estreno... Cuando el ser fan de algo o de alguien se convierte en obsesión, ahí empiezan los problemas, y es lo que le ocurre al escritor Paul Sheldon con su fan Annie Wilkes, dispuesta a cuidarle y servirle pero también capaz de grandes atrocidades.

Es cierto que no se trata de una película de terror, aunque en Prime aparece como tal y aunque se suela incluir a la protagonista entre los más conocidos villanos del terror, o dignos de ser vistos en Halloween. En este caso es más bien suspense, tensión, el no saber qué ocurrirá, sobre todo por los cambios tan bruscos en el comportamiento de la enfermera Wilkes, aunque hay algún que otro susto y escenas no aptas para personas demasiado sensibles. Bueno, el pobre escritor seguro que estaba bastante aterrorizado.

Es cierto que sin la inmensa actuación de Kathy Bates, que se come la pantalla y sostiene toda la película, no habría sido lo mismo, incluso se quedaría en una película cualquiera de domingo por la tarde. James Caan está muy correcto, pero queda bastante eclipsado por su compañera.

Si vienes buscando terror, aquí no es, pero no está mal para estos días pre Halloween, y creo que es de las que hay que ver al menos una vez, de esas tan míticas y tan mencionadas, que ya forman parte de la historia del cine, que hay que echarles un vistazo aunque sólo sea por curiosidad y por saber si merecen o no tanto reconocimiento. En este caso, como ya he dicho, de no ser por la pareja protagonista no sería tan memorable y sólo sería una adaptación más de una novela de Stephen King.

'Misery', o el fenómeno del fanático tóxico hecho película. Se podría tildar hasta de visionaria viendo como esta realidad se ha hecho tan tangible con las redes sociales hoy en día.

Funciona bien como thriller con toques de terror aunque en ningún momento me la termino de creer del todo, lo que hace que no me haya entusiasmado tanto como a la mayoría. Si Rob Reiner hubiese continuado con esta racha que llevaba, su nombre a día de hoy podría tener una connotación muy distinta.

Me ha parecido muy buena e interesante, me ha mantenido toda la película pendiente de ver como iba sucediendo todo y como podría solucionarse ese "problema". Las actuaciones son otro buen punto a favor, sobretodo ella.

En "Misery", Stephen King explora el horror en lo cotidiano a través de la historia de Paul Sheldon, un escritor que es capturado por su fan número uno, Annie Wilkes, tras matar a su personaje Misery. La película se centra en la dinámica entre Sheldon y Wilkes, destacando las actuaciones de Caan y Bates. Aunque el director Rob Reiner respeta el material original, la película no logra elevarse más allá de un nivel competente. A pesar de ello, es una historia que atrapa y funciona, aunque no inspire ni desafíe.