Críticas de Stalker

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En un lugar de Rusia llamado "La Zona", hace algunos años se estrelló un meteorito. A pesar de que el acceso a este lugar está prohibido, los "stalkers" se dedican a guiar a quienes se atreven a aventurarse en este inquietante paraje.

1979
162 min
Ciencia ficción Drama

RESEÑAS Y VALORACIONES DE Stalker

De ciencia ficción casi nada, eh. Bueno, directamente nada. Se menciona que en la Zona pasan cosas raras pero nunca se ve nada en pantalla y a los personajes tampoco les ocurre nada sobrenatural o de ciencia ficción . Tostón en donde tres tíos se tiran tres horas vagando de acá para allá por un terreno con mucha vegetación y ruinas, recitando poesía y cosas de ideología política que no entiendo, y mucho tiempo durmiendo o pensativos . La antítesis del entretenimiento. Por destacar algo bueno, me ha gustado la fotografía de ese paisaje lúgubre y desolado; y la música también queda bastante bien con las imágenes. Había que ver una de este director por probar, pero nunca más. Ya no me engañan. Lo que he puesto en spoiler quizá no lo sea, más bien una advertencia al futuro espectador sobre lo que se va a encontrar, pero por si acaso...

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8 / 10
Es más interesante el discurso alrededor de la película que la película en sí, pero eso la retroalimentan mucho más. Como producto, es bueno, supremamente interesante, y da para mucho más de lo que es. Pero la charla me interesa más a mí que el disfrute directo que obtengo de la cinta.

Valoraciones en tu crítica:

5 / 10
Para definir este tipo de cine no es necesario utilizar demasiadas palabras. Me parece que se vierten ríos de tinta para intentar describir la mística del cine de Tarkovsky, cuando su ubicación natural se encuentra en la emoción. Se trata de despertar o no conciencias, de llegar a determinadas sensibilidades (lo habitual es que el propósito se quede a mitad de camino), de conciliar estados, por así decirlo, de espiritualidad. Y para ello no es necesario perderse en circunloquios metafísicos, como habitualmente sucede a los admiradores del cine del realizador ruso y seguidores, pésimos imitadores, como es el caso de Sokurov.

Stalker es el prototipo de película de su autor, quizás la que mejor condensa todos sus intereses y obsesiones. Llámese parábola para mejor situarla, está muy cerca del cine más metafórico y críptico de Pasolini. La película conmueve y, como ocurre con toda la obra de Tarkovsky, empuja a la reflexión. Y aquí nadie debería perderse en farragosas descripciones de lo que cree haber presenciado en la pantalla y lo que representan todos y cada uno de sus personajes. Por ejemplo, el vaso desplazado por telequinesia no es el monolito de "2001...". Este último se presta al juego de la interpretación mientras que el poder mental de una niña no necesita de mayor explicación. El hecho de hallarse en un punto de supuesta alta radio-actividad ("La Zona") producido por la caída de un meteorito años atrás, valida de alguna manera las propuestas arriesgadas que plantea el director soviético.

Lo más reprochable que le encuentro al film, autor obliga, es, en esta ocasión sí, su larguísima duración. En el presente caso, menos justificada que en el extenso biopic Andrei Rublev donde existía una narración formal o, en Solaris, sin ir más lejos, que guarda mayor relación en sus propuestas con Stalker pero que hacía discurrir la acción sin monotonía. En La Zona todo avanza con la lentitud de los siglos y la metafísica campea por sus anchas en forma de interminables soliloquios que bien hubieran podido añadirse a un preámbulo, para poner en situación al espectador y prevenirle de aquello que está por suceder. En definitiva, que el trasfondo filosófico-espiritual-religioso de la película puede adormecer por su exceso verborreico, aún en forma de pensamiento.

Algunas imágenes llegan a traspasar la realidad y en ellas hay que buscar la esencia, lo mejor de la película, con pasajes de extraordinaria belleza, algunos coincidentes con la narración de poemas del propio padre del realizador ruso.


Valoraciones en tu crítica:

Tarkovsky siempre dijo que no le gustaba la ciencia ficción, pero que encontraba sumamente interesante todo lo que podía extraer de los mundos fantásticos que de ella se derivaban. De los hombres y sus problemas, de sus ansiedades y consecuencias. Solo a partir de esa mentalidad se puede entender la clase de películas de ciencia ficción que el cineasta ruso llevó a cabo, primero con la icónica 'Solaris' y más tarde con la que aquí nos ocupa: la fascinante 'Stalker'. Como ya había hecho años atrás en la mencionada 'Solaris' (1972), Tarkovsky vuelve a utilizar la ciencia ficción como un mero pretexto para, a partir de ella, abordar otros temas acerca del ser humano. Y, por si fuera poco, lo vuelve a hacer con una película más larga, más lenta y más espesa que la anterior. Tarkovsky en estado puro, vaya. Esa exploración de la psique humana comenzará cuando tres hombres, apodados El Escritor, El Profesor y El Stalker —que en el contexto de la historia hace las veces de guía—, se embarquen en un viaje hacia un misterioso lugar conocido como «la Zona», un extraño punto geográfico donde, según los rumores, cualquier deseo puede ser cumplido.

Tarkovsky, manteniéndose fiel a su estilo pausado y poco comercial, hace un paralelismo entre ese viaje físico hacia la Zona y el viaje interior de los protagonistas, haciendo que cada uno de ellos sirva como un reflejo de los más oscuros anhelos del ser humano, de sus pasiones ocultas, de la verdadera naturaleza que esconden los deseos y de las implicaciones que estos pueden esconder. ¿Somos realmente conscientes de qué es lo que más deseamos? La respuesta no es desde luego trivial; algo que Tarkovsky, planteando en todo momento más preguntas que respuestas, aprovecha para adentrarnos en un proceso de introspección personal de casi tres horas de metraje (que se dice pronto) cargado de pasajes oníricos, reflexiones filosóficas y crisis existenciales. Un complejo recorrido, tan terrorífico como revelador, donde tanto los protagonistas como nosotros mismos seremos invitados a poner en orden nuestras mentes para poder eliminar todo aquello que enturbia nuestros verdaderos deseos. Si es que estamos dispuestos a ello, claro.

Valoraciones en tu crítica:

9 / 10
Stalker es una película de autor de ciencia ficción, entendiendo ciencia ficción de una forma muy libre casi como una especie de dimensión desconocida de lo místico. Es la típica historia lenta, densa, cargada de un hondo intelectualismo independiente, de esas pelis que parece que quienes más alaban y entienden son los "cinéfilos de la clase" por sus altas pretensiones y sus buenas críticas gafapastas. Entre los que la despellejan por un lado por pretenciosa e inaccesible y los que la tildan de obra maestra del cine quizás sea más justo ponerla en un lugar intermedio en el que depende mucho de las sensibilidades de le espectadore que te llegue o no a decir algo, que la entiendas o interpretes, porque seguramente las posibles interpretaciones sean casi inabarcables. Es una de esas películas difíciles de explicar, bueno, vamos a intentarlo.

En esta extraña y enigmática película de Tarkovsky vamos a conocer un confuso e inquietante lugar al que se refieren como "The Zone", un lugar en el que supuestamente ocurrió algo (un meteorito, un accidente cataclísimico, una invasión, un ¿milagro?) y que ha sido vallado para que nadie pueda acceder a él. Se trata de un sitio misterioso, casi secreto, rodeado de instalaciones militares y donde ya no vive nadie, debido a sus peligros, un lugar abandonado donde los remanentes humanos han sido engullidos por la naturaleza y no nos queda claro qué ocurre, pero ocurre algo. Nuestro protagonista es alguien conocido como un "stalker", un hombre que conoce el camino hacia la zona y al que algunas personas curiosas o interesadas pagan para que los cuele en el lugar y los guíe por sus misterios. En realidad, como veremos, una especie de guía espiritual, ya que la gente que va allí pretende encontrar algo de sí mismos teniendo como meta, en última instancia, "The Room", una habitación que supuestamente concede los deseos más profundos de cada persona.

Bueno, esta es la trama sencilla que en realidad no tiene nada de sencilla porque Stalker es un filme profundamente complejo y contemplativo, con escenas a menudo extremadamente largas que no sabes a donde te llevan, largos monólogos e incluso poemas intercalados, en esa búsqueda de nuestros 3 personajes protagonistas sobre el sentido de la vida y de su propia alma. No hay nada fácil en Stalker, más que narración diría que es una experiencia que se te puede hacer pesada si buscas una película de corte más convencional. Las escenas están construidas de forma muy meticulosa, con la cámara fija o con muy poco movimiento creando fotogramas que a menudo parecen casi cuadros (sobre todo en las partes en blanco y negro) y ese ambiente tan lúgubre y desolado, lleno de pausa e incluso de cierta calma en la decadencia de esas ruinas incomprensibles de la zona. En ese sentido, su mayor acierto es que es un filme muy atmosférico y que a mí me ha absorbido de una forma que no esperaba para nada.

Según yo he entendido, Stalker podría entenderse desde una perspectiva más racional si vemos la Zona como el resultado de una especie de desastre nuclear, algo muy alimentado por el aura gris-soviética del filme y las ruinas abandonadas que visitan los protagonistas. Hay restos de probetas, cristales, aguas pútridas (que podrían casi verse como radioactivas) que corren entre edificios destartalados, túneles viejos, accesos difíciles con escaleras metálicas y largos raíles (que como vemos al principio de la peli llevan hacia la Zona desde el área urbana que sí sigue habitada) y restos de utensilios humanos que nos dicen que allí vivió (¿y experimentó?) gente. Esta interpretación se refuerza por ciertos detalles, como la discapacidad de la hija del stalker (a quien al principio describen como consecuencia de la Zona), me hace pensar que el protagonista y su familia vivían en la Zona cuando el desastre ocurrió, allí ya no vive nadie pero él sabe el camino de vuelta y, de hecho, vemos la escena de la familia volviendo por la playa al final con aquella especie de torretas de plantas nucleares de fondo (lo que nos indica que geográficamente es una zona con este tipo de industria). La telekinesis que muestra la niña en la última escena podría ser una segunda consecuencia de la radioactividad.

Gran parte de la peli puede ir por este lado, aunque creo que se queda corta y no agota la ambición más espiritual del argumento. Cada uno de los 3 protagonistas que se internan en la Zona tiene un perfil diferente: El escritor representa el arte, el científico evidentemente la ciencia y el stalker la fe. Estas tres visiones estarán continuamente entrelazándose en la búsqueda de respuestas y sus decisiones para entrar o no en la dichosa habitación (y adentrarse inicialmente en la Zona). Esto incluso podría conectarse fácilmente con la interpretación anterior si entendemos la posibilidad del desastre nuclear como un aviso en el discurso de la ciencia frente a la fe, ya que el protagonista termina quejándose de cómo todos esos hombres (los artistas y científicos) que son el modelo de la sociedad intelectual ya no creen en nada, no tienen fe y, por tanto, tampoco esperanza. Ahí es donde a mí más me flojea el mensaje, con ese final tan religioso, aunque también se puede llevar por un aspecto simplemente filosófico donde existen reflexiones sobre todos estos grandes motivos humanos. L a mujer del stalker, en su monólogo final a cámara, nos cuenta cómo ella no hubiese elegido ninguna otra cosa que estar con su marido, ya que sin esa sombra y ese dolor, tampoco existirían los momentos de felicidad y de esperanza. Un mensaje bastante trágico de la vida, muy en la línea del típico existencialismo ruso que tanto rezuma el filme.

Me he ido bastante por las ramas. Seguramente este sea el punto más fuerte de Stalker, su capacidad para sugerir intensas reflexiones sobre la naturaleza humana y los intrincados caminos simbólicos y formales de los que se sirve su director para llevarnos ahí. Te gustará si te va la filosofía más metafísica. Si no es así, lo más seguro es que se te haga una peli pesada e incluso difícil de ver. Pero quizás el significado se limite simplemente a lo que dice el stalker cuando habla de la música: "En realidad no está conectada a la realidad, si es que está conectada a algo; de una forma mecánica, sin ideas, es sonido sin asociaciones y, sin embargo, penetra de forma milagrosa en nuestra alma". Casi podemos entender Stalker como algo parecido pero en formato cinematográfico.

Valoraciones en tu crítica:

8.5 / 10
Que complicado es hablar de una película como 'Stalker', de las que elevan el concepto de cine, al igual que 'Persona', '2001' y '8½'. Hipnótica, fascinante, densa y compleja. Un enigma indescrifable pero interpretable. Una experiencia que os recomiendo a todos.

Valoraciones en tu crítica:

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