La vi cuando era pequeña y me acuerdo que me dio mucho miedo. Ahora la veo completamente divertida. Charlie, averigua que un vampiro estaba en su barrio e intentaba convencer a la gente de su alrededor, que no le creía. La excelente idea de la película era situar a un vampiro en un típico suburbio americano, lo que le daba una atmósfera especial, a medio camino entre ET y Drácula. Aunque la historia no era demasiado original más allá de la idea inicial, nos presentaba a un vampiro carismático y diabólicamente seductor, al que se opone un presentador de televisión venido a menos pero formidable cazador de vampiros. Ahora la veo como una película que parodia el mito del vampiro de forma divertida e inteligente. Sin embargo, no nos equivoquemos: la película hace temblar de vez en cuando, y los efectos especiales son de primera categoría. En su género, esta película es un éxito.

Noche de miedo (Fright Night) es una comedia de terror de 1985 escrita y dirigida por Tom Holland.
Protagonizada por William Ragsdale que interpreta a Charley Brewster, ***contenido con spoilers*** Chris Sarandon como Jerry Dandridge, ***contenido con spoilers*** Roddy McDowall como Peter Vincent, ***contenido con spoilers*** y a Amanda Bearse como Amy Peterson, la novia de Charley, ***contenido con spoilers***
Lo cierto es que yo veo esta película como una parodia y a la vez homenaje de las películas clásicas de vampiros de la Hammer, de Christopher Lee y Peter Cushing, no en vano el personaje del actor se llama Peter (como Cushing) y se apellida Vincent (como Vincent Price.)
Por lo que creo que nos encontramos con una película fresca, juvenil, entretenida, 100 % ochentera, totalmente frívola y recomendable para pasar el rato, con momentos muy absurdos, otras veces trochos, pero que también tiene otros como el ***contenido con spoilers***

¡Normalita!

Noche de Miedo, es una película juvenil de terror sobrenatural con algunos toques de humor. Charley Brewster, un adolescente mirón y corriente, descubre que algo extraño sucede en la casa de su nuevo vecino, Jerry Dandrige. Pronto empezará a sospechar, hasta al punto de obsesionarse, de que se trata de un vampiro responsable de una serie de asesinatos… Necesitará algo más que agua bendita y crucifijos, por ello recurrirá a Peter Vincent, un presentador de un programa de terror que aparentemente es un experto en vampirismo.

La historia en general no está mal, aunque es un tanto predecible. Reconozco que me ha gustado mucho más que el Remake que vi hace un año interpretado por Colin Farrell y Anton Yelchin. Tiene sus momentos graciosos, una caracterización original y unos efectos especiales muy ochenteros que personalmente encuentro geniales. Aun así… no me termina de gustar. Hay momentos en los que no he podido evitar desconectar y distraerme con otra cosa… porque la trama no terminaba de captar del todo mi interés. Le falta crear esa atmósfera misteriosa y sombría que me cause la intriga suficiente para no pestañear durante 103 minutos; eso y unos personajes más atrayentes y carismáticos, con los que puedas conectar.

No está mal para echar el rato. Recomendable.

¡Humperdink! ¡Humperdink! ¡Humperdink!

Dos años antes de dar vida al malvado príncipe Humperdink, Chris Sarandon ya mostraría sus dotes de villano de alta cuna, de malo con estatus, en una sátira de tono adolescente de las películas de vampiros de siempre, y lo haría personificando al rey de la noche, más conde que Drácula, que llevará el terror a un vecindario norteamericano.


En 1985, una noche de miedo era muy diferente a las de hoy en día, entonces había más látex y menos CGI, y la música estaba plagada de sintetizadores que hoy sustituimos por "Auto-Tune" (no se qué da más miedo).
En cualquier caso, para su época, maquillaje y efectos fueron el punto fuerte de la película. En contexto estaban bastante bien conseguidos, la inspiración estaba clara, el videoclip "Thriller" de Michael Jackson que tres años antes fuera todo un boom, pero vista hoy causan más risas que espanto.

Y quizás sea ese tono de comedia el que salva a la película en el tiempo, el que permite que siga conservando la buena consideración de antaño, pues permite pasar un rato entretenido.
El personaje de Peter Vincent es el principal encargado de dar el toque cómico, aunque muchos de sus gestos chocan demasiado con el de los compañeros de reparto, se ve claro que este iba desde el principio a hacer reír.
Por eso para mi Rata es el mejor personaje, porque su actitud va evolucionando junto con el tono de la película, y porque su transformación es sin duda la más impactante.

Contamos también con un componente erótico representado fundamentalmente por la protagonista femenina, que sumaría puntos con los adolescentes de los 80, y que además concuerda perfectamente con las leyendas vampíricas de irresistibles seductores para el género femenino. Pero también sufre el paso del tiempo, y vista con el prisma actual resulta hasta casposa.

Las actuaciones en general no me parecen destacables. El atractivo de la película no es otro que la nostalgia, y el nivel de efectos y maquillaje de hace 50 años. Hoy entretiene, sin más