Críticas de Memorias de un caracol

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Separada a la fuerza de su hermano gemelo cuando quedan huérfanos, una melancólica inadaptada aprende a encontrar la confianza en sí misma en medio del desorden de las desgracias y la vida cotidiana.

2024
94 min
Animación Drama Comedia

RESEÑAS Y VALORACIONES DE Memorias de un caracol

Soberbio guión y soberbia puesta en escena. Es fantástico tratar con plastilina y stop motion los dramas y tragedias cotidianas de unos hermanos. Y encima empezando la historia en el útero materno.
El contraste entre la historia (basada en hechos reales ficcionados) y la visualización mediante plastilina y objetos con acabados ásperos e incluso desagradables, crea una situación de tensión emocional que hasta ahora yo no había visto en cine. Creo que sería imposible conseguirla con actores reales maquillados.
El aspecto violento de algunas escenas y personajes genera un rechazo que simultáneamente se ve compensado con la ternura y el cariño que se expresan en los gestos y en el diálogo.
Aunque no controlo mucho de inglés australiano, me da la impresión de que parte de la gracia estriba precisamente en la forma de hablar en ese país.
La evolución de los personajes, bebés, niños, adolescentes y adultos, está narrada con una precisión emocional sobresaliente. Las alternativas entre la risa y la tristeza te arrastran a empatizar con los protagonistas y llorar o reír con ellos. Creo que el personaje de la "tía" Pinky y su historia es impagable.
En fin: un peliculón memorable y no recomendable para corazones hipersensibles y de lágrima fácil.

Valoraciones en tu crítica:

10 / 10
Me siento feliz de haber logrado ciertas certezas desde muy temprano, no he estado libre de prejuicios, pero creo que los he superado mejor que lo común de la sociedad, que construye toda su personalidad y su psicología en relación a ellos, y mueren sin haberlos superado nunca, incluso, a causa de ellos.

"La animación es la mejor forma de contar una historia", repetía: los personajes son únicos, sus personalidades inimitables; se pueden crear mundos puramente de cero, bajo una estética que no puede ser obtenida de ninguna otra forma, lo imposible puede ser animado; los sordos pueden mirar, los ciegos puede oírla; todo el mundo puede dibujarse dentro de la historia, hacerse un personaje y formar parte de ese mundo en su imaginación, expandiendo las fronteras del mismo.
Así podría seguir y seguir, mostrando todas sus virtudes, porque muchas veces, ni siquiera hace falta saber leer para podes disfrutar o entender la trama, y aunque no la entiendas, la animación tiene ese poder comunicacional no verbal poderoso, que lo trasciende todo.
Menorías de un Caracol me da la razón, décadas después, y si bien no es la única que lo ha hecho, es la primera que me ha recordado ese axioma de forma tan tajante, hasta las lágrimas.
Poder seguir disfrutando de las cosas, sin prejuicios estúpidos, sigue expandiendo mi mirada y haciéndome crecer, porque nunca es suficiente, porque nunca se termina. Siempre debemos crecer, día a día, experiencia en experiencia, de historia en historia...

Valoraciones en tu crítica:

7.5 / 10
De familias rotas, almas perdidas y corazones solitarios. De todas esas ánimas marcadas por la tragedia y que, pese a los inevitables reveses del destino, siempre son capaces de seguir adelante. La triste amargura de la propia existencia narrada, en forma de emotiva retrospectiva vital, a través de la melancólica mirada de Grace Pudel, una joven sin demasiada fortuna en la vida que Adam Elliot, recurriendo una vez más a la técnica del stop motion, convierte en la entrañable protagonista de 'Memorias de un caracol', su segundo largometraje tras la inolvidable 'Mary and Max' y, al mismo tiempo, una nueva muestra de su enorme talento a la hora de capturar, siempre desde su agridulce punto de vista, la frágil belleza contenida en lo diferente. En lo raro. En todos aquellos incomprendidos que nunca acaban de encajar y a los que el director, en metafórico paralelismo con los caracoles —la gran afición de Grace—, anima a salir de sus refugios, echar la vista al frente y seguir avanzando, aunque sea poco a poco, por ese incierto camino que es la vida.

Como ya hiciera en sus anteriores trabajos, Elliot vuelve a construir su historia sobre una animación intencionadamente feísta —rozando incluso lo grotesco— que, en cierto modo, no deja de ser más que el fiel reflejo de sus atormentados protagonistas. Personajes extraños, deformes y, en ocasiones, desagradables, pero también irremediablemente hermosos dentro de su, por otra parte, infinita imperfección. Humanos al fin y al cabo. Seres llenos de preocupaciones, temores y sueños que, en definitiva, no hacen sino sintetizar toda esa humanidad que el director, sin renunciar a sus habituales dosis de humor negro, logra insuflar a esta conmovedora historia reescrita, desde su enorme sensibilidad, como una sincera carta de amor tanto a los que viven señalados por el estigma de la rareza como, de igual modo, a aquellos que la abrazaron para ayudarles, casi a modo de ángeles guardianes, a ser raros en compañía. Maravillosa filosofía para este esperanzador canto a la vida y a todos esos caracoles que, sin dar nunca un paso atrás, nos enseñaron a afrontarla.

Valoraciones en tu crítica:

No me estaba gustando en un principio porque su animación en stop motion simplemente no me llamaba en esta ocasión y el ritmo no me estaba pareciendo bueno pero su final va corrigiendo y despejando esas nubes que no me dejaban ver todo el trasfondo de la historia y las enseñanzas que pretendía enseñarnos por el camino, de esas que calan dentro, importantes y relevantes y la música que suena en el final, la música simplemente no podía ser mejor escogida con sus toques de piano y notas para el momento en que se encontraba la historia.
Memorias de un caracol nos trae en definitiva una buena historia de esas agridulces que va de menos a más, se centra en la vida de grace pudel y sus recapitulaciones de su vida con los momentos que la marcaron para bien o para mal.
el momento de la carta es maravilloso y cargado de enseñanza, deshazte de ese caparazón y avanza hacia adelante como los caracoles

Valoraciones en tu crítica:

8 / 10
Memorias de un caracol es un largometraje realizado en stop-motion y del director Australiano Adam Elliot. Posiblemente sea una de las películas más tristes que he visto en mi vida, pero a la vez más bellas, te aseguro que si eres de lágrima fácil en esta vas a estar a moco tendido todo el tiempo.

Historia contada en primera persona por Grace Pudel, nos narra su vida desde su nacimiento y donde por cosas del destino, los renglones de su vida vienen torcidos desde el primer minuto de vida, una auténtica desgraciada, que no consigue enderezar esos renglones por mucho que se esfuerce en ello. Como se suele decir, siempre en la vida hay gente con estrella y gente estrellada y Grace tiene todas las papeletas de la mala suerte o del mal destino.

Amante de los caracoles hace buenos símiles de su vida con ellos, y en cierto modo, con ellos conseguirá que el espectador entre lágrima y lágrima suelte de vez en cuando una pequeña mueca sonriente.

Es de estas películas que no quiero desvelar ni el más mínimo detalle en la crítica, donde es mejor que el espectador se vaya encontrando todo el relato de golpe, virgen en esta historia, con una ambientación y colorido especialmente triste, colores tan tristes como la historia que van envolviendo, pero con un relato tan pausado y con tanto sentimiento que empatizas completamente con Grace.

¿Podrá Grace sacar la cabeza como los caracoles cuando aparece el sol? Pues si lo quieres saber te invito a ver esta bonita historia de la vida de Grace Pudel, contada con mucho mimo gracias a la mano de Adam Elliot, no te dejes engañar por las apariencias, puesto que así de primeras el título y la animación tan lúgubre no invitan al visionado pero muchas veces el envoltorio engaña.

Su nominación al Oscar a mejor película animada es más que merecida, no voy a decir que sea la favorita, pero tengo que reconocer que estoy entre Robot Salvaje y ésta sin ninguna duda.

Como habrás intuido la recomiendo sin ninguna duda, es de esas películas que su visionado es obligatorio, porque ofrece muchas lecturas y posiblemente alguna lección de vida muchas veces necesarias que nos recuerden de vez en cuando. Si estás pasando por un mal momento aunque es una película con una buena enseñanza pero el camino es duro, es posible que te recomiende que la veas en un momento de mejor ánimo, posiblemente te ayude.

Solo agradecer a Adam Elliot que siga haciendo obras tan maravillosas como esta, de personajes arrinconados en la sociedad pero con historias que merecen la pena conocer.

Valoraciones en tu crítica:

8 / 10
Con Adam Elliot ya sabes a lo que vienes. Personajes particulares, relaciones anodinas y un ciclo de risas y lloros hasta culminar en una sonrisa entre lagrimones.

Gran experiencia, volvería a llorarla otra vez.

Valoraciones en tu crítica:

Película muy del estilo de este director, con unos diseños muy peculiares y grotescos que no suelen ser habituales en pelis de animación, incluso los colores son todos muy apagados y rara vez salen de los marrones, los grises y los negros. Y lo curioso es que a pesar de ser una historia muy triste también es bastante divertida, aunque si que es cierto que es un humor también muy peculiar, de esa clase de comedia que busca lo gracioso en lo ridículo, pero nunca con intención de humillar.

Por lo que he visto de este director, le gusta mucho que sus pelis se cuenten casi como si fueran biografías, porque los personajes suelen describir sus vidas con voz en off, y en este caso pasa igual con una niña, llamada Grace, que se queda huérfana y es separada de su hermano mellizo. La vida de los dos no será fácil, pero se las arreglarán para encontrar siempre algo por lo que merezca la pena salir adelante.

Hay que mencionar también el trabajazo de hacer esto en stopo motion real, porque al director le ha costado un montón de años terminarla. Hay otros estudios que por lo que tengo entendido simulan el stop motion, como hacen los de Wallace y Gromit, pero este director lo hace a la vieja manera, moviendo los muñecos de arcilla poco a poco y haciendo fotogramas. Es una locura pero luego luce super bien. Muy buena animación aunque tenga este toque oscuro y un poco feo a la vista, porque al final se trata de transmitir emociones y eso lo consigue.

Una peli muy recomendable que no hará tanto ruido como otras, pero que se merece mucha más atención.

Valoraciones en tu crítica:

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