Críticas de La memoria infinita
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Augusto y Paulina llevan juntos 25 años. A él le diagnosticaron Alzheimer hace ocho años. Ambos temen el día en que deje de reconocerla.
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9 / 10
‘La memoria infinita’ es un díptico sobre la importancia y el significado de la memoria, tanto en su acepción para recordar quiénes somos y de dónde venimos como en su vertiente expositiva, como material divulgativo, en este caso sobre la historia de un país. Así, la historia principal, que ocupa la mayor parte del metraje, es la relación de Augusto y Pauli, un matrimonio formado por un reputado periodista y una popular actriz. Ambos son una pareja envidiable, que se quiere, se cuida y tiene una de esas conexiones que traspasan la cámara y nos hacen suspirar por encontrar algo así alguna vez en la vida, pero a él hace unos años le diagnosticaron alzhéimer y desde entonces viven luchando contra el paso del tiempo, que irá agravando inevitablemente su situación.
Mientras se nos va mostrando, mediante imágenes cotidianas del matrimonio (algunas incluso grabadas por la propia Pauli al sucederse en plena pandemia) la relación y su deterioro por la enfermedad, el documental intercala material de archivo donde vemos parte del trabajo periodístico desarrollado por Augusto en esos años oscuros de Chile, en plena dictadura, que posteriormente recogería en un libro llamado "Chile. La memoria prohibida". Los libros son una parte fundamental no solo para la memoria del país, sino para la memoria de Augusto. Son su ancla, su legado. Por eso, en algunos de los momentos más duros del documental, su mente siente el miedo de perderlos y clama por ellos como si estuviera perdiendo la vida misma.
Maite Alberdi tiene una sensibilidad única a la hora de inmiscuirnos en la intimidad de esta pareja sin traspasar jamás ni la línea del morbo ni la línea que pudiera repercutir en la imagen de Augusto en lo que fueron sus últimos años de vida, tras fallecer en mayo del año pasado a causa de la enfermedad. El documental, además, sin pretenderlo acaba reflejando muy bien las consecuencias de la pandemia a nivel mental, porque si bien al inicio vemos que la enfermedad del alzhéimer sobrevuela a Augusto pero, en líneas generales, es capaz de mantener cierta independencia y conversar con normalidad con su mujer, después somos testigo de cómo el aislamiento forzado que supuso el COVID acelera su demencia a pasos agigantados.
Es durísimo ver cómo esta maldita enfermedad va consumiendo la identidad de la persona, minándola a todos los niveles, destruyéndola y haciéndola sufrir sin paliativos. Y es durísimo ver a Paulina aguantar el tipo mientras parte de su vida también se va perdiendo y ella no puede hacer nada por evitarlo: tan solo puede estar, proteger y seguir queriendo a la persona que algún día fue, aunque ya no sea. En ese sentido, su papel a lo largo del documental me resulta heroico y un ejercicio de humanidad y amor que se convierte en lo más emotivo del mismo. Ojalá poder darle un abrazo y las gracias por la lección que nos ha regalado.
Y más allá del contenido, también quiero poner de relieve el detalle de cómo cada vez que asistimos a una crisis de Augusto la imagen se desenfoca. En parte pienso que para preservar cierta privacidad, pero en parte también para dejarnos claro cómo en esos momentos Augusto se estaba perdiendo a sí mismo. Cómo no es realmente él. Cómo se va difuminando poco a poco su identidad. Me parece de una belleza y una sutileza sublimes a la par que dolorosas. Eso es también el cine.
En definitiva, considero ‘La memoria infinita’ un documental imprescindible, no solo para acercarnos a la realidad de una enfermedad como el alzhéimer a quienes tenemos la suerte de no haberlo vivido de cerca por el momento sino también como guía para aquellos y aquellas que sí tienen un familiar que la sufra, a la vez que es un recordatorio de la importancia de mantener vivos nuestros recuerdos para que, incluso cuando ya no estemos, real o figuradamente, sigamos existiendo.
Mientras se nos va mostrando, mediante imágenes cotidianas del matrimonio (algunas incluso grabadas por la propia Pauli al sucederse en plena pandemia) la relación y su deterioro por la enfermedad, el documental intercala material de archivo donde vemos parte del trabajo periodístico desarrollado por Augusto en esos años oscuros de Chile, en plena dictadura, que posteriormente recogería en un libro llamado "Chile. La memoria prohibida". Los libros son una parte fundamental no solo para la memoria del país, sino para la memoria de Augusto. Son su ancla, su legado. Por eso, en algunos de los momentos más duros del documental, su mente siente el miedo de perderlos y clama por ellos como si estuviera perdiendo la vida misma.
Maite Alberdi tiene una sensibilidad única a la hora de inmiscuirnos en la intimidad de esta pareja sin traspasar jamás ni la línea del morbo ni la línea que pudiera repercutir en la imagen de Augusto en lo que fueron sus últimos años de vida, tras fallecer en mayo del año pasado a causa de la enfermedad. El documental, además, sin pretenderlo acaba reflejando muy bien las consecuencias de la pandemia a nivel mental, porque si bien al inicio vemos que la enfermedad del alzhéimer sobrevuela a Augusto pero, en líneas generales, es capaz de mantener cierta independencia y conversar con normalidad con su mujer, después somos testigo de cómo el aislamiento forzado que supuso el COVID acelera su demencia a pasos agigantados.
Es durísimo ver cómo esta maldita enfermedad va consumiendo la identidad de la persona, minándola a todos los niveles, destruyéndola y haciéndola sufrir sin paliativos. Y es durísimo ver a Paulina aguantar el tipo mientras parte de su vida también se va perdiendo y ella no puede hacer nada por evitarlo: tan solo puede estar, proteger y seguir queriendo a la persona que algún día fue, aunque ya no sea. En ese sentido, su papel a lo largo del documental me resulta heroico y un ejercicio de humanidad y amor que se convierte en lo más emotivo del mismo. Ojalá poder darle un abrazo y las gracias por la lección que nos ha regalado.
Y más allá del contenido, también quiero poner de relieve el detalle de cómo cada vez que asistimos a una crisis de Augusto la imagen se desenfoca. En parte pienso que para preservar cierta privacidad, pero en parte también para dejarnos claro cómo en esos momentos Augusto se estaba perdiendo a sí mismo. Cómo no es realmente él. Cómo se va difuminando poco a poco su identidad. Me parece de una belleza y una sutileza sublimes a la par que dolorosas. Eso es también el cine.
En definitiva, considero ‘La memoria infinita’ un documental imprescindible, no solo para acercarnos a la realidad de una enfermedad como el alzhéimer a quienes tenemos la suerte de no haberlo vivido de cerca por el momento sino también como guía para aquellos y aquellas que sí tienen un familiar que la sufra, a la vez que es un recordatorio de la importancia de mantener vivos nuestros recuerdos para que, incluso cuando ya no estemos, real o figuradamente, sigamos existiendo.
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7 / 10
Tú te lees la sinopsis y no hay lugar a dudas. Aquí se viene a... masoquismo emocional. Yo no sé si prefiero esto o una película, la agonía es la misma. Es que no hay mucho más que decir, yo creo que el montaje está bien, el ritmo es el que es, y para todo lo demás una caja de pañuelos si eres algo sensible.
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7.5 / 10
Un documental chileno sobre augusto gongora y paulina Urrutia, que llevan 25 años casados. Al hombre le diagnostican alzheimer, vemos progresivamente el desarrollo del mismo y es dura de ver si experimentaste situaciones iguales o parecidas, me hizo acordarme de momentos pasados con mi padre con esos cambios de comportamiento aunque aquí está bastante contenido dependerá de la persona o circunstancias.
Una mirada al amor incondicional y al Alzheimer de manera muy cercana. Un homenaje muy bien llevado a su vida y obra.
Una mirada al amor incondicional y al Alzheimer de manera muy cercana. Un homenaje muy bien llevado a su vida y obra.
Valoraciones en tu crítica:
7.5 / 10
La memoria infinita es un documental que sigue a un matrimonio de ancianos, en el que al marido le diagnosticaron Alzhéimer unos años atrás.
El documental nos cuenta con mucho tacto y ternura, el día a día de esta pareja: el ritual mañanero, la gestión de los recuerdos, gracias también a los cuales veremos algunas partes de su vida, algunas rutinas, los esfuerzos de la mujer para mantener el buen humor del marido y el suyo propio, además de presenciar algunos momentos más complejos con una persona que padece esta enfermedad.
Un lacrimógeno documental, que se puede hacer especialmente duro para quien haya tenido algún familiar con este diagnóstico, pero que también puede servir en parte como una guía a quien se vea en una situación similar a la que vive la mujer.
El documental nos cuenta con mucho tacto y ternura, el día a día de esta pareja: el ritual mañanero, la gestión de los recuerdos, gracias también a los cuales veremos algunas partes de su vida, algunas rutinas, los esfuerzos de la mujer para mantener el buen humor del marido y el suyo propio, además de presenciar algunos momentos más complejos con una persona que padece esta enfermedad.
Un lacrimógeno documental, que se puede hacer especialmente duro para quien haya tenido algún familiar con este diagnóstico, pero que también puede servir en parte como una guía a quien se vea en una situación similar a la que vive la mujer.
Valoraciones en tu crítica:
7.5 / 10
Augusto Gongora ya no recuerda cada día.
Y Pauli, su mujer se lo tiene que recordar .
Las experiencias vividas, su trabajo, a su familia, todos han ido al pozo del olvido.
Que jodido. Es el Alzheimer.
Acompañaremos en el deterioro de la enfermedad y la tediosa experiencia de un día día que no supera el primer escalón. Como explicarle que la vida continúa, pero que el dejó de sumar para pasar a la resta y borrar.
Que un rematador de la historia del pueblo pierda la memoria es un crimen. Porque quien eres si no recuerdas nada, ni una sola experiencia, que es lo que te hace ser persona. Que tristeza.
No recuerdas ni tu casa, ni tus logros, ni a tus amigos. Pero los buscas. Para darte cuenta que estas solo en este mundo en el que aterrizaste hace unas horas con casi todo hecho, pero tu mente es un lienzo en blanco sin lápices para dibujarlo.
Porque quien eres si no recuerdas ni una sola experiencia, que es lo que te hace ser persona.
A que huelen los libros ? A sabiduría.
Y tú no eres tú !, le recrimina a su mujer.
Desgarrador, debe ser vivir una pesadilla.
Cuidar a un enfermo, te hace enfermo a ti también, porque no se considerará el horrible trauma al que estás expuesto sin un gramo de experiencia y pocos brazos que te puedan sustentar o simplemente acompañar.
Yo soy los libros que leí, las experiencias que viví, mis amigos de travesía.
La memoria prohibida, que triste y cruda coincidencia. Que alguien que busca en la historia para que no sea olvidada o escrita por otros y sea reconocida, la olvide.
Que sentido tiene la vida entonces, si no la vamos a poder disfrutar cuando toque recordar.
La música que nos acompaña es una delicada elección. Y la versión lacrimógena de Ismael Serrano del tema Burbujas de amor de Juan Luis Guerra es rasgadora.
Acabar con La danza de las libélulas de Manuel Garcia y Mon Laferte evocando el primer amor nos devuelve una brizna de luz a un relato tan sombrío y desgarrador.
La memoria infinita es una lección de vida y balsa para muchos náufragos en un mar de oleaje infinito, que nunca se acaba. Como olvidarlo.
Pablo Larrain también estaba por aquí. Grata sorpresa.
Y Pauli, su mujer se lo tiene que recordar .
Las experiencias vividas, su trabajo, a su familia, todos han ido al pozo del olvido.
Que jodido. Es el Alzheimer.
Acompañaremos en el deterioro de la enfermedad y la tediosa experiencia de un día día que no supera el primer escalón. Como explicarle que la vida continúa, pero que el dejó de sumar para pasar a la resta y borrar.
Que un rematador de la historia del pueblo pierda la memoria es un crimen. Porque quien eres si no recuerdas nada, ni una sola experiencia, que es lo que te hace ser persona. Que tristeza.
No recuerdas ni tu casa, ni tus logros, ni a tus amigos. Pero los buscas. Para darte cuenta que estas solo en este mundo en el que aterrizaste hace unas horas con casi todo hecho, pero tu mente es un lienzo en blanco sin lápices para dibujarlo.
Porque quien eres si no recuerdas ni una sola experiencia, que es lo que te hace ser persona.
A que huelen los libros ? A sabiduría.
Y tú no eres tú !, le recrimina a su mujer.
Desgarrador, debe ser vivir una pesadilla.
Cuidar a un enfermo, te hace enfermo a ti también, porque no se considerará el horrible trauma al que estás expuesto sin un gramo de experiencia y pocos brazos que te puedan sustentar o simplemente acompañar.
Yo soy los libros que leí, las experiencias que viví, mis amigos de travesía.
La memoria prohibida, que triste y cruda coincidencia. Que alguien que busca en la historia para que no sea olvidada o escrita por otros y sea reconocida, la olvide.
Que sentido tiene la vida entonces, si no la vamos a poder disfrutar cuando toque recordar.
La música que nos acompaña es una delicada elección. Y la versión lacrimógena de Ismael Serrano del tema Burbujas de amor de Juan Luis Guerra es rasgadora.
Acabar con La danza de las libélulas de Manuel Garcia y Mon Laferte evocando el primer amor nos devuelve una brizna de luz a un relato tan sombrío y desgarrador.
La memoria infinita es una lección de vida y balsa para muchos náufragos en un mar de oleaje infinito, que nunca se acaba. Como olvidarlo.
Pablo Larrain también estaba por aquí. Grata sorpresa.
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7 / 10
La memoria infinita, un documental de la directora Maite Alberdi que nos muestra a uno de los rostros más populares de Chile al periodista, presentador y escritor Augusto Góngora en su dura enfermedad, el Alzheimer.
Un documental que al principio parece muy alegre, sencillo, una vida perfecta, donde se notan cositas de la enfermedad pero es como si fuera un niño, con cositas infantiles sin importancia, recordando el pasado de Augusto y con eso además con pinceladas históricas de Chile pero poco a poco se va viendo el deterioro y lo dura y cruel que es esta enfermedad, no solo para el enfermo si no también para los que le rodean, le quieren y le cuidan día a día, como su segunda mujer Paulina Urrutia.
Un documental que acerca al espectador esta enfermedad y seguramente no han puesto escenas extremadamente duras, supongo que para no dañar la imagen de Augusto pero si algunas lo suficientemente duras como para dar conocimiento de una enfermedad que es de las más crueles y difíciles de llevar para todos.
Nos muestran con mucho tacto como su mujer le cuida e intenta hacerle recordad su vida con sus libros o reportajes, fotos para que olvide lo más tarde posible pero es algo que desgraciadamente es inevitable.
Secuencias muy cuidadas y algunas con mucha sensibilidad llegarán al corazón prácticamente de todos los espectadores porque es imposible no empatizar con Augusto y sufrir con él esa decadencia progresiva.
Un buen homenaje a su vida y sobre todo lo que a él más le gustaba que eran hacer reportajes, dar información al espectador y que mejor reportaje que el de su propia enfermedad.
Es difícil recomendar este documental, porque a más de uno le puede recordar a algún familiar y es bastante profundo en carga emocional. Pero sin ninguna duda se ha realizado con el mayor cariño y tacto posible.
Un documental que al principio parece muy alegre, sencillo, una vida perfecta, donde se notan cositas de la enfermedad pero es como si fuera un niño, con cositas infantiles sin importancia, recordando el pasado de Augusto y con eso además con pinceladas históricas de Chile pero poco a poco se va viendo el deterioro y lo dura y cruel que es esta enfermedad, no solo para el enfermo si no también para los que le rodean, le quieren y le cuidan día a día, como su segunda mujer Paulina Urrutia.
Un documental que acerca al espectador esta enfermedad y seguramente no han puesto escenas extremadamente duras, supongo que para no dañar la imagen de Augusto pero si algunas lo suficientemente duras como para dar conocimiento de una enfermedad que es de las más crueles y difíciles de llevar para todos.
Nos muestran con mucho tacto como su mujer le cuida e intenta hacerle recordad su vida con sus libros o reportajes, fotos para que olvide lo más tarde posible pero es algo que desgraciadamente es inevitable.
Secuencias muy cuidadas y algunas con mucha sensibilidad llegarán al corazón prácticamente de todos los espectadores porque es imposible no empatizar con Augusto y sufrir con él esa decadencia progresiva.
Un buen homenaje a su vida y sobre todo lo que a él más le gustaba que eran hacer reportajes, dar información al espectador y que mejor reportaje que el de su propia enfermedad.
Es difícil recomendar este documental, porque a más de uno le puede recordar a algún familiar y es bastante profundo en carga emocional. Pero sin ninguna duda se ha realizado con el mayor cariño y tacto posible.
Valoraciones en tu crítica:
6 / 10
Augusto Góngora y su mujer Paulina viven día a día luchando contra el alzheimer de él, temen que esta enfermedad vaya a peor y esto le cause más problemas para seguir viviendo juntos después de veinticinco años. Recuerdan momentos de su vida en Chile. Me llama la atención la diferencia de edad de este matrimonio, quizás sea gracias a eso que puede llevar mejor la circunstancia. Es una pena porque es un documental póstumo, es decir murió unos meses antes de su estreno, el año pasado, descanse en paz.
Me da tristeza porque me recuerda a mis abuelas, una de ellas ya fallecida hace unos años, pero con este mismo tipo de problemas que le impiden recordar bien las cosas, algo que les hace comportarse de manera distinta.
La calidad de imagen y sonido no está mal, pero a veces es malisima, sobre todo en cuestión de video, se nota que hay trozos grabados con cámaras de mala calidad.
Lo siento, pero no lo recomiendo, no lo considero algo agradable de ver, aunque he de admitir que es un buen ejemplo para saber cómo se deben llevar estas circunstancias de forma adecuada.
Me da tristeza porque me recuerda a mis abuelas, una de ellas ya fallecida hace unos años, pero con este mismo tipo de problemas que le impiden recordar bien las cosas, algo que les hace comportarse de manera distinta.
La calidad de imagen y sonido no está mal, pero a veces es malisima, sobre todo en cuestión de video, se nota que hay trozos grabados con cámaras de mala calidad.
Lo siento, pero no lo recomiendo, no lo considero algo agradable de ver, aunque he de admitir que es un buen ejemplo para saber cómo se deben llevar estas circunstancias de forma adecuada.
Valoraciones en tu crítica:
8.5 / 10
Que bonito y desgarrador al mismo tiempo. Tenía la esperanza de ver a Augusto con su mujer yendo a los Oscar y ganando hasta que he visto el final de los créditos. El Alzheimer degenera el cuerpo a una gran velocidad.
Que duro debe haber sido para Paulina, viendo esos momentos de algunos días en los que la mente de Augusto se va para otro lugar y tiempo.
Excelente documental.
Que duro debe haber sido para Paulina, viendo esos momentos de algunos días en los que la mente de Augusto se va para otro lugar y tiempo.
Excelente documental.
Valoraciones en tu crítica:
8 / 10
Me duele el alma al terminar de haber visto este documental.
La memoria infinita nos lleva al día a día de Augusto Góngora y su mujer Paulina Urrutia. Augusto sufre Alzheimer, y poco a poco vemos las consecuencias que tiene esta enfermedad en la pareja.
El documental intercala los momentos presentes con vídeos caseros que nos muestran a Augusto tal y como era antes de esta terrible enfermedad.
Tiene que ser tan duro convivir con una persona que lo es todo para ti y que ahora es una sombra de lo que fue. En los días buenos, sonríe pero en sus ojos puedes ver que es una sonrisa de incertidumbre, no de felicidad. En los días malos, llora pidiendo ayuda porque no sabe dónde está, con quién está, quién es. Y tiene que ser tan duro no poder acceder a tus recuerdos... Y más para Augusto, que ha dedicado toda su vida precisamente a intentar que la historia no quede en el olvido.
A mí me ha dejado destrozada.
La memoria infinita nos lleva al día a día de Augusto Góngora y su mujer Paulina Urrutia. Augusto sufre Alzheimer, y poco a poco vemos las consecuencias que tiene esta enfermedad en la pareja.
El documental intercala los momentos presentes con vídeos caseros que nos muestran a Augusto tal y como era antes de esta terrible enfermedad.
Tiene que ser tan duro convivir con una persona que lo es todo para ti y que ahora es una sombra de lo que fue. En los días buenos, sonríe pero en sus ojos puedes ver que es una sonrisa de incertidumbre, no de felicidad. En los días malos, llora pidiendo ayuda porque no sabe dónde está, con quién está, quién es. Y tiene que ser tan duro no poder acceder a tus recuerdos... Y más para Augusto, que ha dedicado toda su vida precisamente a intentar que la historia no quede en el olvido.
A mí me ha dejado destrozada.
Valoraciones en tu crítica:
9 / 10
Por lo general, los documentales me cuestan horrores, se me hacen bola, me dan pereza y me cuesta terminarlos. Este me ha costado verlo porque era evidente que iba a ser duro, pero habría visto dos horas más sin problema, a pesar de que sí, es muy duro, pero también muy puro.
Recientemente ha fallecido la madre de alguien cercano después de un tiempo con Alzheimer, y aunque sólo sé algunas cosas que me han contado, es horrible, y no sólo para el enfermo. En mi caso, no era esta enfermedad, pero sí vi cómo alguien muy cercano se iba perdiendo en su propia cabeza y apagándose poco a poco, y hay días realmente horribles, agotadores, sobre todo para los que están alrededor.
Paulina hace un trabajo impresionante, aunque por supuesto no es un trabajo, es dedicación en cuerpo y alma hacia su esposo. Porque la memoria no será infinita, pero el amor de Paulina hacia Augusto sí lo es, y también el de Augusto hacia Paulina, aunque a veces a él se le olvide, pero cuando lo recuerda lo inunda todo. Cada gesto, cada mirada, cada sonrisa y cada palabra son un regalo, y me he quedado embobada siguiendo su día a día, su amor mutuo y su creación y recuperación de recuerdos que no están del todo perdidos, pero algunos días cuesta más encontrarlos.
También conocemos su historia a través de imágenes de archivo, no sólo vídeos caseros de momentos familiares, también otros de su trabajo como periodista. Estos momentos completan partes del puzzle, y entiendo que estén ahí, son parte de esa memoria, pero sinceramente me han sacado bastante del documental, yo sólo quería seguir viendo al matrimonio en su día a día, con sus momentos buenos y otros no tan buenos, con la infinita paciencia de Paulina, aunque sus fuerzas no sean infinitas y algunos días se le vengan encima.
Aquí no hay guiones ni artificios, es un relato muy sincero y realmente hermoso que me ha sacado una sonrisa en más de una ocasión y me ha tenido al borde de las lágrimas en otras tantas, hasta que no las he podido contener más.
Importante quedarse hasta el final de los créditos.
Recientemente ha fallecido la madre de alguien cercano después de un tiempo con Alzheimer, y aunque sólo sé algunas cosas que me han contado, es horrible, y no sólo para el enfermo. En mi caso, no era esta enfermedad, pero sí vi cómo alguien muy cercano se iba perdiendo en su propia cabeza y apagándose poco a poco, y hay días realmente horribles, agotadores, sobre todo para los que están alrededor.
Paulina hace un trabajo impresionante, aunque por supuesto no es un trabajo, es dedicación en cuerpo y alma hacia su esposo. Porque la memoria no será infinita, pero el amor de Paulina hacia Augusto sí lo es, y también el de Augusto hacia Paulina, aunque a veces a él se le olvide, pero cuando lo recuerda lo inunda todo. Cada gesto, cada mirada, cada sonrisa y cada palabra son un regalo, y me he quedado embobada siguiendo su día a día, su amor mutuo y su creación y recuperación de recuerdos que no están del todo perdidos, pero algunos días cuesta más encontrarlos.
También conocemos su historia a través de imágenes de archivo, no sólo vídeos caseros de momentos familiares, también otros de su trabajo como periodista. Estos momentos completan partes del puzzle, y entiendo que estén ahí, son parte de esa memoria, pero sinceramente me han sacado bastante del documental, yo sólo quería seguir viendo al matrimonio en su día a día, con sus momentos buenos y otros no tan buenos, con la infinita paciencia de Paulina, aunque sus fuerzas no sean infinitas y algunos días se le vengan encima.
Aquí no hay guiones ni artificios, es un relato muy sincero y realmente hermoso que me ha sacado una sonrisa en más de una ocasión y me ha tenido al borde de las lágrimas en otras tantas, hasta que no las he podido contener más.
Importante quedarse hasta el final de los créditos.
Valoraciones en tu crítica:
7 / 10
Documental sobre el alzhéimer de la mano del periodista chileno Augusto y su mujer Paulina, donde podemos ver el día a día de la pareja. Como ella se encarga de que recuerde y no olvide toda su vida y a sus seres queridos por esta maldita enfermedad,
El documental en si se hace bastante aburrido pero si es verdad que es muy bonito de ver ya que ves el amor que se tiene la pareja y el de ella a él en los momentos mas duros. Si es verdad que rompen con esa monotonía con los videos del pasado de ambos tanto profesional como personales.
Por otro lado, es un documental duro de ver sobre todo para aquellas personas que hemos tenido o tienen familiares enfermos con esta enfermedad y es que se ve sin ningun tapujo como es, esos momentos de que no te conoce la persona esos momentos de ansiedad del enfermo, es muy duro la verdad y el documental los refleja muy bien.
El documental en si se hace bastante aburrido pero si es verdad que es muy bonito de ver ya que ves el amor que se tiene la pareja y el de ella a él en los momentos mas duros. Si es verdad que rompen con esa monotonía con los videos del pasado de ambos tanto profesional como personales.
Por otro lado, es un documental duro de ver sobre todo para aquellas personas que hemos tenido o tienen familiares enfermos con esta enfermedad y es que se ve sin ningun tapujo como es, esos momentos de que no te conoce la persona esos momentos de ansiedad del enfermo, es muy duro la verdad y el documental los refleja muy bien.
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