Tour de Francia: En el corazón del pelotón

El pelotón llega a Francia tras las 3 primeras etapas danesas. La cuarta etapa tiene una pequeña y dura colina a pocos quilómetros de meta mientras que la quinta finaliza en pleno Infierno del Norte: en el pavé. 
Este episodio lo vivimos con los Jumbo Visma e incluso entramos en casa de Wout Van Aert, uno de los mejores ciclistas del mundo gracias a sus múltiples virtudes: te puede ganar el mundial de CX y de ruta, en el esprint o con su poderío, que también demuestra en las contrarelojes. Aún no es un corredor para las grandes vueltas, como dice él mismo, pesa demasiado pero si algún día se lo propone...

Volvemos al Tour, cuarta etapa,
llega la colina y el Jumbo acelera. No está el pequeño príncipe Pogacar. Van Aert toma la delantera y se va a por la victoria, nadie es capaz de seguirle. Pero en el bus del Jumbo se masca el mal rollo, Vingegaard estaba muy cerca en la cima y reclama que el equipo está para ganar el Tour, no las etapas. Wout se lo anota para la siguiente etapa. La mini Roubaix que puede hacer perder el Tour a cualquiera.
El plan de Jumbo es estar delante con los dos líderes Roglic y Vingegaard e intentar sacar ventaja a Tadej. El equipo los tiene que arropar. Pero la mala suerte se ceba con los neerlandeses: primero pincha Jonas y luego cae Primoz dislocándose la clavícula (y lo que duele!). El equipo se parte para ayudarlos a ambos mientras Pogacar lidera la etapa faltando unos 30k con algo menos de un minuto. Hacen parar a Wout para ayudar a Jonas, los Ineos también ayudan con lo que llegan a meta minimizando mucho las pérdidas (13 segundos más bonoficaciones). Incluso Van Aert mantiene el amarillo. En cambio, Roglic pierde minuto y medio. Cabreado porque no han apostado por él mientras Jonas declara "Wout save my ass!"