Mi deuda con el cine de Mike Leigh viene de lejos y la lista de títulos en cola aún es demasiado larga. Recientemente vi 'A Sense of History / Sentido de la Historia' (1969) y me pareció un corto muy divertido, rozando el absurdo del típico humor británico Monty Python. Aparte de este título, conocía la también interesante, impecablemente realizada 'El secreto de Vera Drake' (2004) y la más reciente 'Mr. Turner' (2014), de la que esperaba algo más, me decepcionó un poco, supongo, su forma de exposición.

'Life is Sweet' es uno de los más celebrados títulos de Leigh, ahora entiendo por qué, junto a unos otros cuantos más, pues su tampoco amplia filmografía se cuenta casi por éxitos o, al menos, por películas de calidad bastante superior a la media. En esta oportunidad vuelve a contar con su esposa en la vida real para uno de los principales roles, la excelente actriz Alison Steadman, así como con otro habitual en sus repartos, Jim Broadbent y el que se convertiría en su actor fetiche a raíz de este rodaje, Timothy Spall.

Las situaciones cómicas de esta divertida película discurren como un torrente hasta llegar a las tres cuartas partes de su proyección, donde el tono general se torna más agridulce. Al principio, sobre todo en la elaboración de algunos gags, me recordaba a las típicas comedias de situación británicas de los años setenta del estilo de 'Un hombre en casa' o 'Los Roper', que tanto disfruté en su día por televisión. A pesar de esas notas tan conseguidas e irresistibles a la risa que van salpicando su metraje, 'La vida es dulce' contiene un trasfondo algo amargo a poco que se haga una lectura menos superficial de los hechos que presenta. Que prácticamente todos sus personajes tengan bis cómica y saquen oro de ella, no quiere decir que no soporten también una existencia dura que pugna siquiera por expresarse abiertamente, por abrirse camino en la vida, algo que sabemos nunca es fácil.

Un título entrañable y muy recomendable del que solo lamento haber tardado tanto tiempo en conocer.